• CURSO DE CONSTELACIONES FAMILIARES

    Constelaciones y Flores
    3 PARTES- 9 MESES

Constelaciones Familiares con Flores

La lectura del terapeuta floral

CONSTELANDO EN CLAVE DE BACH

familia – pareja – empresa – escuela – salud

Quizá la mejor manera de graficar la ética del gran arte de curar – como lo denomina textualmente Edward Bach- sea con la figura de los doce caballeros del rey Arturo, alguna vez asentados en el país de Gales. Numéricamente iguales a los doce remedios a los que inicialmente Bach llamo los doce curadores, a los apóstoles que se sentaron en la Última Cena y también a los Signos Zodiacales, hay entre todos ellos una segunda coincidencia: su diversidad apunta a señalar que hay doce modos para la virtud.
Ninguno mejor que otro, todos ubicados a la misma distancia del centro de la misma mesa sin cabecera: una mesa redonda.
Lo que les daba derecho a sentarse a la tabla redonda del rey Arturo era el voto de castidad personal que habían hecho. Un voto que los compromete a alcanzar un estado de experiencia personal, diferente para cada uno de los doce, un camino de trabajo sobre la salud personal fisica, psíquica, emocional, mental y espiritual que propende a la plenitud.

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El concepto de Enfermedad para la teoría de las constelaciones

A continuación te ofrecemos algunos extractos del libro “Constelando en Clave de Bach”.

1 –Las enfermedades tienen algo para enseñarnos.
2 –Toda sanación es autosanación.

Desde acá, a la pregunta de qué puedo hacer por el paciente, la única respuesta válida es: darle el marco y encontrar condiciones para que actúen fuerzas de sanación.
La enfermedad y la salud son funcionales a las autorregulaciones del sistema y ésto se opone a la idea tradicional de que: La enfermedad es una enemiga, –la enfermedad llega de fuera como algo malo y –a la enfermedad se la debe erradicar a toda costa. Por el contrario, si nos acercamos desde la mirada de las constelaciones: Las enfermedades:

A – Nos pertenecen.

B – Son importantes para el sistema.

Es importante reconocer a + b.

Un ejemplo de Hausner sobre su pequeña hija a quien debían extirparle una verruga, él le pidió, que aunque no supieran a quien representaba, podían honrarla despidiéndose de ella, así: “Verruga te quiero aunque no estés aquí”.

La enfermedad describe el fundamento que necesita el trasfondo de familia, religión y país. Cuando se trabaja con enfermedades físicas se debe recordar que la naturaleza cuida la energía y por lo tanto si ya no la necesita la disolverá y pondrá esa energía al servicio de algo nuevo. Nada que no mantenga su sentido se mantiene en la naturaleza .Por ejemplo, una enfermedad crónica que llegue incluso hasta la muerte, no se mantendrá si no le sirve al sistema. Puede sin embargo cambiar, si se motivan las fuerzas de sanación. ¿Qué se necesita para que el cuerpo cambie?, ¿para que fluya la salud? La teoría de la enfermedad como camino, de Thorwals Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, nos dice que “la enfermedad es un estado que indica que el individuo, en su conciencia, ha dejado de estar en orden o armonía. Esta pérdida del equilibrio interno se manifiesta en el cuerpo en forma de síntoma. El síntoma nos informa que algo falla y es también un aliado para encontrar lo que falta. La enfermedad no tiene más que un fin: ayudarnos a subsanar nuestras “faltas” y hacernos “sanos”.

La teoría de las Constelaciones es también la vía para encontrar el mensaje que los síntomas reflejan, considerando además que la enfermedad no es personal sino que es transpersonal, pues estamos implicados en una familia.

Libro: “Constelando en clave de Bach” por Diana Rosenberg

Familia – Religión – País

Todo lo que somos debe ser reconocido, tener su lugar y no debe ser olvidado. Si excluimos aspectos que nos pertenecieron, aparecen por la puerta del fondo a través de una enfermedad. Así BH reconoció los órdenes y los describió. Estamos sujetos a ellos, y cuando se los lesiona por seguir imágenes del yo contrapuestas a las del alma, sobreviene una enfermedad como correctivo y luego nos reubicamos.

En realidad, siempre volvemos sobre lo mismo: el trasfondo de la enfermedad y la voluntad de sacarlo a la luz a través de la enfermedad, que intenta mostrar su fundamento también en la constelación. Acerca de las constelaciones se puede decir que: hay constelaciones y constelaciones. Una modalidad en la que uno se deja percibir y deja que los movimientos que surgen sean integrados por el cliente. Tiene cierta dificultad. Otra en la cual estoy en contacto con el cliente y le aclaro lo que sucede.

S H contó en un seminario que en Colombia había un señor con cáncer de próstata, ídem su padre, sus tres hermanos, otros primos y él quería conocer el trasfondo. Saber porque todos los hombres de la familia lo tenían. S.H. se negó a trabajar con eso porque era demasiado amplio y había una demanda de salvar a la familia. Así que lo tomó solo a él como paciente, porque lo primero es reconocer el contexto y el pedido y responder a preguntas tales como si estoy mejor trabajando y si el cliente lo está.

El primer paciente de Stephan:  “El asmático”

Vivimos con un concepto de vida que nos llevó a la enfermedad y que nos oculta el trasfondo. El ángulo de la visión está restringido por este concepto de vida. La solución debe ampliar la mirada.

Este paciente hasta los diez años, tenía tos espasmódica y dormía con los padres. A esa edad cambió de habitación y tuvo un ataque de asma. Actualmente está separado hace cuatro meses, con cuatro hijos. El trastorno sistémico de este hijo único tiene que ver con la relación con el padre, que nació en España y dejó allá a su madre, cuando tenía 23 años. Viajó debido a la extrema pobreza en que vivían y también porque él era huérfano de padre.

En la constelación se ve, que no hay ninguna relación entre los miembros de la familia, en dónde la madre, que también es hija única, tuvo un parto difícil por lo cual debió ser transfundida. La frase sanadora que aparece acá es: mejor enfermo que solo.

En la constelación la enfermedad se ve fuerte. El cliente se arrastra hasta que consigue abrazar a sus padres. Un asmático debe aprender a abrazar a los padres. Así, con mucha dificultad.

Segundo Paciente de Stephan: “Tratamiento de esterilidad”

El cliente manifiesta la dinámica en el primer momento del contacto. A muchos terapeutas se les pasa por alto este momento. Muchas veces éste, muestra que el trabajo no tiene muchas posibilidades.

Mi mayor problema, dice la paciente, es que quiero tener otro hijo y no puedo. Hice varios tratamientos. Estuve casada, me divorcié, y me volví a casar. Tengo un hijo con el primero. Quiero un hijo con el segundo. Mi marido no quiso venir. Para él no tiene tanta importancia. él no tiene hijos. Es médico. Muy estructurado. Cirujano. Hicimos todo lo médicamente posible y no hay problemas orgánicos. Actualmente tengo miedos y sensaciones de desgano. Todo parece no llegar a ningún lado.

La primera vez me casé porque quedé embarazada. Sin querer queriendo tuve un hijo, pero siempre tuve miedo de no poder tenerlos.

Como se sabe, los niños vienen cuando se pueden sentir seguros. La paciente dice que este niño tendría una mamá muy segura. Que siempre ha sentido mucho dolor, por esta imposibilidad, pero que ahora ha llegado al límite Constelación: Se le pide que emplace a la hija del primer marido, al segundo marido y a ella misma. Los pone en orden invertido. El marido ocupa el lugar del menor de los hijos. El segundo marido parece el más débil de los tres representantes y además se cae.

Aparentemente este marido no tiene ninguna oportunidad y tampoco el niño que nacería de esta unión. Se agrega al primer marido, que también se cae ni bien entra al campo. Se agrega a la madre, de quien ella dice que es una asmática depresiva y muy demandante. La frase sanadora que se sugiere es: “querida mamá por ti hago todo y esto me agobia” y después: “mamá, es demasiado”.

Muchas terapias y también la medicina tradicional, a través del trabajo deben ordenar algo. Sin embargo intentan hacer reparaciones. Pero mirando la naturaleza – en cambio- uno ve que ésta no procede reparando. En la naturaleza no hay reparación, solo crecimiento.

Un buen jardinero trata de que las plantas tengan un buen entorno, pero son las plantas las que crecen. La presión interna y la mala conciencia pueden aumentar o disminuir, mientras hacemos este trabajo. En el primer caso, lo mejor es proponerle al paciente que no haga nada. No hacer nada, no cambiar, es lo mejor. Así la sana distancia – en este caso con la madre- aparecerá sola.

Tercer paciente de Stephan: ” EL virus de HIV”

Antes de empezar a trabajar se debe dilucidar cuál es el pedido. Se puede hacer esto sólo con tener al cliente enfrente y luego compararlo con lo que él verbaliza. A veces estas informaciones se juntan y a veces se separan.

Laura consulta por una enfermedad de la sangre. Luego dice, “el virus del HIV”. Descubrió que era portadora en el segundo parto. Sospecha de su segundo marido. Y dice que el aún no sabe que ella lo contrajo, porque le resulta difícil decírselo. Tiene un hijo de un matrimonio anterior.¿Cuál es el próximo paso para el terapeuta?

¿Mirar la familia actual o mirar la familia de origen? La madre, que acompaña a Laura a la consulta, dice que su primer nieto tiene una displacía y que aunque tiene 7 años ha sido operado varias veces desde el año y medio. Agrega agresivamente que el padre de este primer hijo se fue a vivir a España cuando se enteró de la enfermedad.

Constelamos a la familia de origen de Laura. Su madre, su padre, ella, su hermano y varios abortos, que tuvo la madre. -3 provocados, 2 por indicación médica- ésta asegura que todos fueron contra su voluntad.

Se ve al padre de Laura sosteniéndola y a ella intentar lo propio con el bebé que la voltea con su peso y al representante del hijo mayor caer, cuando Laura ya no puede sostenerlo debido a su peso. Se coloca atrás de cada niño al padre correspondiente, pero éstos no reciben atención de nadie en el sistema. Parecen transparentes, nadie los ve.

Frase sanadora que se le propone a la madre, para que pronuncie mirando al padre de Laura: yo tomo sobre mí la responsabilidad por los hijos que no tuve ya que yo siempre tuve la última palabra. La conclusión es que los hombres, no son respetados, en el sistema. En la constelación de Laura la madre que no se separa del padre genera un discurso para su hija acerca de la incompetencia de los hombres. Laura se hace cargo de este discurso. Acá la frase sanadora es que la madre diga: lo llevo yo sola. Solo así, los otros hijos pueden respetarla y honrarla, de lo contrario se castigan a sí mismos por ello.

Bert contó en una oportunidad

Bert contó en una oportunidad que consteló a una clienta que le dijo que tenía once enfermedades, para la cual formó un círculo con once representantes, que estaban a su alrededor, comportándose cada quien como una persona del sistema de la clienta y ella las reconoció. Se podía ver entre ellos a una pareja que representaba a los padres y a un hermanito que perdió la vida siendo muy pequeño. Para ser capaz de lidiar con una constelación así, debemos abrirnos a un novedoso enfoque en psicoterapia, fenomenológico y sistémico, que nos muestra que en toda enfermedad existe un mensaje de amor e intentos de llegar a un equilibrio en la familia. Al hacer la constelación familiar se genera un movimiento sanador, que al develar la dinámica oculta, hace que la felicidad secreta de la enfermedad pierda su sentido, encauzándolo hacia la vida y la salud. Se puede llegar a esto comenzando por colocar frente al cliente o a su representante, al síntoma o a los órganos enfermos. Al decir de Stephan Hausner, este método terapéutico es complementario de la intervención médica; lo que trabaja es otra realidad que emerge a la luz. En la familia enfermamos, no porque sus integrantes sean malos, sino porque en las familias actúan destinos que implican, influyen y afectan a todos sus miembros. El amor en la familia, tanto enferma como sana.

También ahí, donde nosotros nos desviamos de un orden, orden del amor, nos vuelve o nos guía de regreso una enfermedad, teniendo un sentido que nuestra mente no entiende, pero que el alma necesita. Sanamos en familia porque una vez que descubrimos el mismo amor que llevó a la enfermedad, éste se une al conocimiento para buscar otra solución.

Los dolores de cabeza expresan amor contenido, y dejarlo fluir hacia donde tiene que ir, es camino de solución. –Rock Water– abandona la clausura interior y el autodominio y se entrega al fluir del amor.

Los dolores de espalda están evitando una inclinación profunda ante alguien o algo en la familia. Esta inclinación significa honrar a alguien y es un movimiento físico, que unido con una inclinación interior, es muy liberador. –Willow– encuentra liberación y deja el papel de víctima, reconciliándose con el otro.

En el caso de enfermos de asma, el trabajo mostró que no pueden darse como niños. El paciente Water Violet se cierra al amor de sus padres. Dejando espacio al amor hacia la mamá o el papá, pueden exhalar, y todo peso queda atrás.

En la depresión crónica, si se logra integrar al progenitor excluido, el nivel emocional básico se eleva. –Gorse puede recuperar la esperanza y abandonar la resistencia a salir de la oscuridad que se le había hecho crónica, integrando al progenitor excluido, integrando también el dolor que esto pueda significarle.

No hay una constelación igual a la otra, por lo que no se puede generalizar. Sin embargo, todas tienen algo en común que Stephan Hausner definió muy poéticamente así:

“Entero, sano en su totalidad, solamente se puede sentir uno que ha tomado en su corazón a todos a quienes pertenece. Que puede mirar a cada uno a quien pertenece a los ojos y puede decir ‘lo tomo de ti, también a ese precio, y me lo guardo como algo especial’. Y quien ha tomado de esta manera y está en sintonía con lo que ha recibido, con lo fácil y con lo difícil, y quien está en sintonía con aquello que no ha podido recibir, tiene todo lo que necesita. Nadie puede pasar de largo de los padres, y sea cual fuere el precio, solamente los puede tomar como son y con todo lo que les pertenece. Y a quien no le es demasiado alto el precio, puede apoyarse en sus padres, puede dejarse penetrar por sus fuerzas, quizás también, aunque no los conozca”.

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